Tiempos de crisis

Escribo esta entrada en unas semanas de locura, en lo económico y en lo social. La bolsa ha sufrido el bajón más rápido de la historia. La sociedad se encuentra parcialmente paralizada. Las calles de las grandes ciudades se encuentran desiertas. La gente se recluye en sus casas bajo cuarentenas o estados de alerta. Los gobiernos y bancos centrales van a inyectar cantidades de dinero astronómicas en el sistema, dando una vuelta de tuerca más al experimento de tipos cero con deuda pública y balances de bancos centrales siempre crecientes. Experimento que solo puede tener un final dramático en un futuro indeterminado. Obviamente los gobiernos no podían hacer otra cosa que dar un paso adelante en estos momentos, el problema es haber llegado tan debilitados financieramente.

Han pasado un par de meses sin escribir en el blog, de forma relativamente intencionada. Lo cierto es que estaba preparando una entrada en febrero, pero decidí aparcar el borrador cuando empezaron las turbulencias. Hay momentos en los que es mejor callar y ver, que opinar sobre lo desconocido. No creo que haya nadie en estos momentos que sepa lo que va a suceder en los próximos meses. La incertidumbre en momentos de crisis es siempre muy alta.

Mucha gente dice hoy que veía venir la pandemia. Dada una cuarentena global, era fácil ver que la bolsa caería de forma brusca. Imagino que estas personas, que supieron prever la situación, habrán ganado bastante dinero en bolsa anticipándose a la bajada (guiño guiño). De lo contrario, una predicción sin acción no sirve de nada. Probablemente la mayoría de casos sean simplemente un sesgo de supervivencia (solo nos acordamos de nuestros aciertos) o una jugada de nuestra memoria (que construye «verdades» a posteriori).

Hay mucho «ruido», en las noticias, en internet, en Whatsapp… Todo el mundo es experto en enfermedades infecciosas, y se comparte una cantidad de noticias al día que no da tiempo a leer en 24h. Yo por mi parte prefiero aislarme en la medida de lo posible y dedicar mi tiempo a otras cosas. No tiene sentido seguir las cifras de infectados al día, ni cada comentario hecho por políticos que hablan por que su trabajo consiste en hablar, aunque no tenga sentido lo que dicen. Si algo no aporta, mejor no prestarle atención.

¿Y la bolsa que? ¿Es buen momento para comprar?

La respuesta está clara: si es buen momento.

Las bajadas son el mejor momento para comprar. Esto no quiere decir que no vaya a bajar más, eso es algo que nadie sabe, solo quiere decir que a largo plazo hay más recorrido al alza que a la baja. El único motivo que justificaría no comprar ahora sería pensar que la sociedad tal y como la conocemos va a desaparecer como consecuencia de la crisis actual. Yo no creo que ese sea el caso. Yo he seguido comprando en marzo, por desgracia a principios cuando la bajada empezaba en lugar de a finales. Es algo muy común en los que estamos pendientes de los mercados, siempre nos adelantamos.

La crisis pasará y los mercados subirán. Quien haya comprado estos días se alegrará de la decisión en unos años. La estrategia no debe ser complicada, con comprar ETFs que repliquen al mercado se obtendrán buenas rentabilidades con mínimo riesgo. Invertir en aerolíneas, restaurantes, minoristas y hoteleras será probablemente lo más rentable cuando todo rebote, pero para ello habrá que tener la suerte de evitar las quiebras, lo cual requiere cierta pericia. Parece sensato mantenerse al margen de estos sectores hasta que pase lo peor.

Lecciones de crisis

Esta es mi primera crisis que vivo como inversor. No es un plato de buen gusto, pero la verdad es que me encuentro tranquilo con mi cartera reducida a la mitad de lo que era en febrero. Tengo confianza en que el virus pasará y todo volverá a la normalidad. Por desgracia, la crisis será muy dura para mucha gente que perderá familiares y empleos.

También habrá muchos casos que saldrán de la crisis arruinados por culpa del apalancamiento, tanto en bolsa, como en inmobiliario con múltiples hipotecas para poner en Airbnb, como cualquier otro esquema para hacerse rico rápidamente. Esto es ley de vida, los mercados alcistas generan complacencia y codicia, y luego los bajistas limpian el sistema eliminando a los que subestimaron los riesgos. Es en estos mercados bajistas cuando cambian las reglas del juego. La liquidez desaparece, las exigencias de margen suben, y el mercado deja de ser eficiente en todas sus facetas. La volatilidad hace que tu cuenta baje y suba en cuestión de horas lo que antes tardaba semanas.

Yo personalmente creo que el apalancamiento es una herramienta estupenda, usada con la precaución debida. Nadie debería acabar en la quiebra por apalancar un 10% su patrimonio (como es mi caso), y el fracaso es bastante probable si el apalancamiento es del 1000%. Entre esas dos cifras hay una zona relativamente segura y otra imprudente, con una frontera muy difusa entre medias y que varía para cada perfil.

La lección que yo me llevo, a parte de que hay que estar preparado para que las reglas del juego cambien a peor cuando todo baja, es una cuestión operativa. A pesar de que mi apalancamiento en general es bajo teniendo en cuenta todas las cuentas, en la cuenta de IB (Interactive Brokers) en concreto suponía alrededor del 50%. Esto me hizo pasarlo un poco mal la peor semana de marzo cuando el Ibex se nos iba a cero, en la que tuve que pasar toda la liquidez que tenía en cuentas de ahorro. Realmente fue más un tema de tener fondos suficientes, y en ningún momento el cushion bajó del 20% (los problemas empiezan cuando llega a 0%), pero no se duerme tranquilo. En el peor caso hubiera tenido que hacer traspaso de posiciones entre cuentas para evitar tener que vender, pagando comisiones y desbaratando un poco el orden establecido. Por suerte, de momento, mi peor escenario contemplaba que el Ibex no bajaría de 5000 y así ha sido. Uso el Ibex como referencia estos días porque mi apalancamiento viene de opciones sobre el Ibex.

Como curiosidad, un día desperté y lo primero que vi fue el email que se puede ver en la imagen. Tener un cushion de -101% era tan absurdo que solo podía ser un error de la plataforma, lo cual redujo mi nivel de pánico por no entender que estaba pasando. Enseguida contacté con IB y me confirmaron que tenían un error técnico que afectaba a derivados del Ibex. Ese día no necesité tomar café en el desayuno.

Otra cosa que he aprendido es a controlar el margen en IB. Cuando todo va bien no le prestas atención a esos parámetros porque consideras que hay un colchón de seguridad suficiente, colchón que por supuesto desaparece con bajadas del 40%. Al principio es un poco mareante porque hay muchos conceptos: margen de mantenimiento, exceso de liquidez, cushion… No sabes cual de ellos es el que hay que monitorizar. Yo llevaba mi propia cuenta del apalancamiento que asumía solo teniendo en cuenta el nominal de los contratos. Al final la necesidad de saber la cantidad de fondos que necesitas tener en la cuenta para evitar males mayores obliga a controlar las ideas básicas, y no resulta tan complicado. Escribiré una entrada separada sobre estos conceptos que creo que será útil para los que empiezan con IB, o lo que llevan tiempo.

3 comentarios en «Tiempos de crisis»

  1. Me veo algo identificado en cómo has pasado estos. Esperando ese artículo sobre el margin, es algo que nunca he tenido claro y es importante si operamos con derivados.

  2. Hola Julián,

    Buen artículo, de los que hay que tner siempre en mente cuando se opera en IB con cuentas margin. En mi experiencia es totalmente cierto lo que dices de que cuando todo va «normal» se presta muy poca atención al margin, pero cuanod viene mal dadas éste disminuye a tal ritmo que es prácticamente imposible controlarlo (me refiero a bajadas como en marzo 2020). Otra cosa a tener muy en cuenta (y lo digo en mi desafortuanda experience en esta crisi), es el cambio de margin por parte de IB (y cualquie otro broker para ser exactos) para atajar sus pérdidas -esto es lo que realmente hace que, en bajadas pronunciadas, y no me refiero sólo a esta del covid-19, hata margin calls y que te liquiden posiciones sin poder hacer absolutamente nada (al suceder estas cosas de noche y liquidrate nada más abrir los mercados).

    Un saludo y espero con ansia esa entrada sobre margin,

    Ramón

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